«Tras estas semanas, algunos se van diciendo '¡Acho!'»
Vacaciones en Paz. Desde el pasado jueves, casi medio centenar de menores saharauis pasan el verano en las Vegas Altas con familias de acogida
La escena se repite cada verano, pero no por ello es menos emotiva. La llegada de casi un centenar de pequeños saharauis a la región dentro del programa 'Vacaciones en Paz' se produjo este pasado jueves y, desde entonces, los menores disfrutan en compañía de sus familias de acogida; lejos de su verdadero hogar, aunque Extremadura es ya su segunda casa.
«Es impresionante verlos llegar, aunque se vive con muchos nervios porque no sabes si vienen todos o falta alguno», explica Marisa Sánchez, presidenta de la asociación AMAL Amigos del Pueblo Saharaui en Don Benito. No obstante, este año han tenido incluso que realizar el viaje en dos vuelos y trece menores llegaron horas más tarde a la región tras hacer escala en Galicia.
En Don Benito, serán 16 las familias que acogerán a estos niños hasta finales de agosto, aunque otros tantos pasarán el verano en localidades como Gévora, Castuera, Quintana, Orellana, Zorita, Santa Amalia, Valdehornillos o Madrigalejo. A la recepción de este jueves asistió la alcaldesa dombenitense, María Fernanda Sánchez, para pasar con ellos unos minutos en la granja educativa 'El Mansegal'. Una bienvenida a la localidad que será más oficial este próximo sábado, 22 de julio, cuando se celebrará en el municipio la convivencia regional en la que participarán casi todas las familias que forman parte del proyecto.
Para una veintena de estos niños que llegan a través de AMAL es su primera vez, «pero alguno se nos ha quedado allí», lamenta Marisa Sánchez que explica que a nivel nacional son 3.800 los menores que pasarán el verano en España, «son muy pocos». Felicidad a medias por estas cifras, al igual que ocurre con el número de familias de acogida. En AMAL, son diez las que se estrenan. «Estoy contenta, pero no satisfecha -dice- me habría gustado que hubieran sido más porque esto nos permitiría sacar más niños; Don Benito tiene más de 37.000 habitantes, 16 niños son muy pocos».
Las semanas en Don Benito les permitirán desconectar del calor, pero también de la complicada rutina en los campamentos del Tinduf. «Hace tanto calor que ni siquiera necesitan calentar el agua; si aquí estamos a 40 grados, allí pueden estar a 50, pero sin las comodidades que tenemos nosotros», relata mientras de fondo su marido trata de acondicionar la piscina para los tres menores que pasarán con ellos el verano. «Está intentando limpiar el agua y ya están los tres dentro, les da lo mismo si hay mucha o poca agua». Este pequeño oasis es para ellos algo impensable en el Tinduf donde la única posibilidad para soportar el calor es estar dentro de las casas de adobe, «la vida allí empieza con la bajada del sol, es terrible».
Así, el agua suele ser el gran contraste entre las vacaciones en España y su rutina en sus campamentos. «Al pequeño mío, que es la primera vez que viene, le metí en la ducha y me miraba haciendo gestos con las manos como diciendo '¿Qué hago aquí dentro?'», cuenta la presidenta de AMAL sobre estos primeros días, «allí el agua es un bien escaso, se reparte cada 15 días y para todo: beber, cocinar, lavar…».

La rutina en Extremadura es también pasar una completa revisión médica de la que allí carecen estos menores que, entre todas estas comodidades, han tenido que dejar allí a sus familias. «Alguno ha llorado el primer día, pero va ya todo bien», afirma.
A esa adaptación, que suele ser rápida, ayuda también el idioma. De hecho, el español se enseña allí en los colegios. «No se manejan mal, pero conforme pasan los días van hablando más y, además, está el universal: por gestos, que ese lo entienden de maravilla». En su español se llevarán también un pequeño recuerdo de su verano en la región: «Después de estas semanas, regresan allí con acento extremeño y algunos se van diciendo '¡Acho!'».
Seis niños en Villanueva de la Serena
Un aprendizaje que, lejos de lo que puede parecer, es mayor para la familia de acogida que para los pequeños saharauis. «Ellos lo pasan fenomenal, pero no sabes lo que disfrutamos los demás y lo que aprendemos a valorar con ellos», concluye Marisa Sánchez sobre esta emotiva bienvenida que también se vivió poco después en la estación de autobuses de Villanueva de la Serena donde pasarán el verano seis niños que fueron recibidos entre abrazos y pancartas. En este caso, el viaje está organizado por la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui Vegas Altas-La Serena que lleva años impulsando esta iniciativa en la localidad.
Allí fueron recibidos también este jueves por la vice alcaldesa, Ana Belén Fernández, y la concejal de Familia, María Lozano. Los pequeños, que tienen entre 8 y 12 años, estarán con sus familias de acogida hasta finales de agosto; cuando regresarán a su hogar. Hasta ese momento, disfrutarán de las distintas actividades que las familias programan con ellos, además de encuentros con otras familias de acogida de la región. Un verano diferente, también inolvidable, que tanto las familias como los pequeños recordarán para siempre deseando que estas vacaciones en paz sean su rutina dejando atrás la que viven en unos campamentos de refugiados que no debieran ser rutina.
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